miércoles, 24 de octubre de 2007
María Eleonora Alonzo, colectora de objetos
María Eleonora Alonzo Fernández, de 32 años de edad, se levantaba todos los días a las nueve de la mañana. Abría su clóset de 2mts de alto en el cual guardaba su colección de barbies pasadas de generación en generación en su familia. Era la que más había cuidado el tesoro familiar, no sólo haciendo todos los reparos precisos en sus vestidos casuales, de gala o deportivos, sino maquillándolas, poniéndoles pestañas postizas y hasta a veces dándoles modernos cortes de pelo. Luego de terminar su rutina María Eleonora tomaba un largo baño, se peinaba, se vestía, y se sentaba frente al espejo oval de la peinadora de caoba. Allí, se sentaba por horas a maquillarse, paso por paso, convirtiéndose en la María Eleonora Alonzo Fernández que todos conocíamos. Ese día mientras terminaba de pintarse los labios sintió un pinchazo en el lado izquierdo del pecho, volteó a ver a sus muñecas, por última vez, y cayó como piedra sobre la alfombra vino, la cuál se oscureció más con las tres gotas de sangre que brotaron de su nariz. Allí la encontró horas después, su vecina que venía todos los Miércoles a las 4pm a jugar canasta y hasta su propio juego de llaves tenía.
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